La agricultura y la industria han sido consideradas
tradicionalmente como dos sectores separados tanto por sus características como
por su función en el crecimiento económico. Se ha estimado que la agricultura
es el elemento característico de la primera etapa del desarrollo, mientras que
se ha utilizado el grado de industrialización como el indicador más pertinente
del avance de un país en la vía del desarrollo. Además, se ha solido afirmar
que la estrategia adecuada de desarrollo es la que permite pasar más o menos
gradualmente de la agricultura a la industria, correspondiendo a la agricultura
financiar la primera etapa de ese paso.
Sin embargo, esta opinión ha dejado de ser ya adecuada. Por
una parte, se ha reconsiderado y reevaluado la función de la agricultura en el
proceso del desarrollo desde el punto de vista de su contribución a la
industrialización y su importancia para un desarrollo armónico y una
estabilidad política y económica. Por otra, la misma agricultura ha llegado a
ser una forma de industria, a medida que la tecnología, la integración vertical,
la comercialización y las preferencias de los consumidores han evolucionado
según pautas que se ajustan más al perfil de los sectores industriales
comparables, a menudo con una notable complejidad y riqueza en cuanto a su
variedad y ámbito. Esto ha entrañado que el desarrollo de los recursos de la
agricultura resulte cada vez más sensible a las fuerzas del mercado y se
integre más en los factores de la interdependencia industrial. Los productos
agrícolas están determinados por tecnologías de complejidad creciente e
incorporan los resultados de importantes esfuerzos de investigación y
desarrollo, y responden en medida creciente a refinadas preferencias
individuales y colectivas con respecto a la nutrición, la salud y el medio
ambiente. Aunque todavía se puede distinguir entre la fase de producción de
materias primas y la de elaboración y transformación, en muchos casos esta
distinción queda difuminada a causa de la complejidad de la tecnología y según
la medida de la integración vertical: la industrialización de la agricultura y
el desarrollo de agroindus-trias1 son, en efecto, un proceso común que está
generando un tipo completamente nuevo de sector industrial.
En este capítulo se trata de examinar algunas de estas
cuestiones y evaluar la función actual y potencial de la agroindustria en el
desarrollo económico. Se comienza analizando la definición del sector y
examinando algunos datos estadísticos de su importancia económica en todo el
mundo. Se trata después la función que la agroindustria puede desempeñar en el
desarrollo económico de los países en desarrollo para pasar a estudiar como
están cambiando actualmente las condiciones del desarrollo agroindustrial en
todo el mundo como consecuencia de las nuevas políticas y regímenes comerciales
y de la evolución tanto de la tecnología como de las pautas del consumo de
alimentos. Se pone después de relieve la internacionalización creciente de las
operaciones agroindustriales, en particular debido a la importancia cada vez
mayor de las actividades de capital internacional, así como la función de las
empresas multinacionales en este proceso. Por último, se examinan los elementos
de un entorno normativo propicio para promover la agroindustria y garantizar
que el sector aporte la máxima contribución al desarrollo económico.
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